¿Cómo saber qué quiere otro ser humano?

Esta pregunta es clave para cualquier emprendimiento o proyecto creativo que busque financiarse por si mismo. En principio, la respuesta es fácil… simplemente vas y le preguntas a tu potencial cliente.

El problema es que en la práctica, muchas personas no saben de antemano lo que quieren, necesitan o les gusta; y, en algunos casos, si muestran entusiasmo por algo, no saben realmente cómo explicarlo.

Para nosotras, que queremos emprender o tenemos un negocio reciente, esto es un gran problema. ¿Por qué? Porque en teoría, un emprendedor es alguien que tiene una “idea o teoría precisa” de lo que realmente quiere o necesita otra persona (su potencial cliente). Y en base a esa idea, le ofrece productos y/o servicios.

Entonces, investigar y entrevistar a tu “cliente ideal” no parece ser suficiente para entender sus verdaderas necesidades y deseos. Pues sólo conseguiríamos una visión incompleta, que nos llevaría a ofrecer productos y/o servicios convencionales y mediocres.

Nuestra mente

Pero podemos ir más allá…buscando en una fuente de información que muchas veces pasamos por alto, quizás porque es bien difícil de entender o porque, en ocasiones, suele jugarnos malas pasadas: nuestra propia mente.

Un artículo de “The School of Life”* plantea, al respecto, que “nuestra mente y nuestro cuerpo son instrumentos infinitamente sensibles y, cuando estamos en sintonía con ellos, nos entregan pistas valiosísimas sobre nuestras propias necesidades y deseos; y por extensión, de las de los demás también (la naturaleza humana tiene mucho en común)”.

Entonces, hacer un trabajo de introspección, que nos permita leernos y conocernos a nosotras mismas, con más claridad, precisión y sin prejuicios, nos entregaría casi todo lo que necesitamos saber sobre las necesidades y deseos de otras personas.

Con esta clase de conocimiento tendríamos mejores posibilidades de conectar y comunicarnos de manera genuina y auténtica con quienes pretendemos servir, y mientras más lo logremos, más posibilidades tendremos de construir negocios sólidos e, incluso, innovadores.

Fiel a una misma

A través de un trabajo de introspección -honesto y sin prejuicios- es posible que nos demos cuenta de que lo que verdaderamente nos gusta, lo que queremos o nos oponemos, es diferente de lo que la sociedad define como “normal”.

Y en ese caso, ayudaría mucho tener la valentía suficiente para mantenerse fiel a una misma, y si fuera necesario, cuestionar aquellas ideas que prevalecen sobre ciertas formas de hacer las cosas o sobre ciertos productos.

El objetivo es que desarrollemos cada vez más confianza en nuestras propias sensaciones e ideas. Para eso, sirve preguntarnos: ¿Qué haría o pensaría si tuviera la suficiente confianza para aguantar las críticas y burlas de otros?

Una idea, que realmente nos gusta y disfrutamos, tiene el potencial de convertirse en una buena idea. Por eso, indagar en nosotras mismas para descubrir aquello que realmente disfrutamos puede ser un gran camino para entender qué es lo podríamos ofrecer a otras personas.

*The School of life